jueves, 1 de noviembre de 2012

THE MAN COMES AROUND

No se consideraba un tipo impresionable. Poseía el elegante estoicismo de los que han visto cerrarse tantos ojos que nunca volverían a ver el sol y el diablo siempre les paga el último trago antes de que se esconda la noche. Lo había visto casi todo, pero ahora las estrellas caían del cielo y la muerte cabalgaba sobre las nubes.

El Hombre le señaló con aquella mano que desataba tormentas y con la voz del fuego le dijo: "Arrepiéntete o no lo hagas, porque tú no verás el día del juicio".

Se acordó de su profesora de segundo, pellizcándole en el brazo mientras le llamaba "mentecato" y le prometía que nunca llegaría a nada. Rió y brindó con una copa que no tenía, porque jamás hubiese imaginado llegar tan lejos.

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